Quizás sólo un equipo en la galaxia de las Grandes Ligas puede perder una de las bujías de su ataque, un as de la rotación de abridora, además de casi todo el bullpen, y aún seguir como un candidato viable a la postemporada.
Señoras y señores, estos son los Rays de Tampa Bay, que purgaron alrededor del 40 por ciento de su nómina de salarios (de 40 a 70 millones de dólares) y, aún así, los eternos pesos pesados en el Este de la Americana -- llámense Boston y Nueva York -- no se fían.
La lista de bajas del equipo con respecto a la campaña previa, en la que se proclamaron campeones de la división, es kilométrica.
Aquí van las esenciales dentro de más de una docena: el jardinero izquierdo Carl Crawford (Boston), el primera base Carlos Peña (Cachorros), el cerrador Rafael Soriano (Yanquis) y el relevista Joaquín Benoit (Detroit) emigraron con la agencia libre. El abridor Matt Garza (Cachorros) y el torpedero Jason Bartlett (San Diego) fueron canjeados a cambio de prospectos.
Pero si le preguntan al manager Joe Maddon, los Rays se sienten confiados de que no van a naufragar.
"Es muy fácil hablar de que estamos descartados", afirmó Maddon. "Lo que quiero inculcarle a nuestros jugadores es que vamos a hacer un cambio de dirección. Vamos a echar de menos a un grupo de gente, pero ahora es su turno de convertirse en el jugador que será echado de menos dentro de cuatro o cinco años".
Maddon retrata mejor que nadie la filosofía de una franquicia que atrae a poca gente en su estadio -- es decir, constante evolución, uso al máximo de su talento formado en las menores y contrataciones frugales pero acertadas.
Longoria
Tantas bajas para 2011 implican muchos rostros nuevos para acompañar al tercera base Evan Longoria y el pitcher David Price, las dos figuras que han quedado como los líderes.
Los más sobresalientes son Manny Ramírez (bateador designado) y Johnny Damon (jardinero izquierdo), dos veteranos que asemejan soluciones temporales en sus posiciones mientras el equipo aguarda la llegada de prospectos como Desmond Jennings.
Ramírez
Para seguir a flote, los Rays van a depender ante todo del desempeño de su rotación, cuyo hombre fuerte es Price.
Con marca de 19-6 y 2.72 de efectividad, el zurdo de 25 años quedó segundo en la votación el Cy Young de la Americana, detrás del venezolano Félix Hernández.
Price cuenta con otras estadísticas que reflejan su estirpe de as.
Su foja fue de 8-1 en 13 aperturas tras una derrota de los Rays y se anotó 12 triunfos contra equipos con récord positivo, igualando a Jon Lester por el liderato en las mayores.
Y algo más: en siete salidas frente a frente con previos ganadores del Cy Young, se fue 4-0 con 1.79 de efectividad.
James Shields, Jeff Niemann, Wade Davis y Jeremy Hellickson completan la rotación. Con 29 años, Shields (13-15) es el veterano del quinteto pero viene de un año malo. Davis ganó 12 juegos como novato y Niemann redondeó la misma cifra. Hellickson es la gran promesa, luego que debutó con cuatro victorias en igual número de salidas entre julio y agosto.
Por lejos, la debilidad se centra en la carencia de un cerrador de jerarquía, y por lo pronto los Rays se plantean rotar en la tarea, con Kyle Farnsworth, el dominicano Joel Peralta y el novato Jake McGee entre las alternativas.
Siete de los ocho relevistas del año pasado se fueron, así que la renovación del bullpen es completa.
Ofensivamente, la partida de Crawford es la que más duele, amén de irse a un equipo de la misma división. El veloz jardinero venía de una campaña en la que fijó marcas personales con sus 19 jonrones y 90 impulsadas, además de robarse 47 bases y encabezar la liga con 13 triples.
Es así que la importancia de Longoria (.294, 22 jonrones y 104 impulsadas) se magnifica.
También precisa que el jardinero B.J. Upton levante su promedio de embasado (.322) para tener más oportunidades de anotar carreras con alguien que se robó 42 almohadillas.
Este es el camino que un equipo sin la chequera de otros tiene que transitar para competir.
Se trata de un reto que asumen sin quejarse.
"Una de las cosas más importantes que identificamos son los desafíos que se nos presentan y los encaramos como se puede, sin tratar de ser algo que no somos", comentó el gerente Andrew Friedman. "Tenemos que hacer las cosas de forma diferente a los demás".
Pero la división está más fuerte que nunca y, al menos este año, el estilo de los Rays difícilmente les ayudará a repetir con el banderín. Un tercer o cuarto lugar se presenta como lo más probable.
fuente espn